La celiaquía es una enfermedad autoinmune que consiste en la inflamación del intestino debido a la intolerancia a un grupo de proteínas (gluten) presentes en ciertos cereales (trigo, avena, centeno, cebada y sus derivados), impidiendo una correcta absorción de los alimentos.

Esta enfermedad tiene una predisposición genética, se estima que afecta a un 1% de la población y ahora mismo la única medicina es evitar el consumo de los anteriormente citados cereales.

Los principales síntomas que se detectan en niños y bebés son la pérdida de peso, diarrea o estreñimiento crónico, retraso en el crecimiento, gases y cólicos intestinales, hinchazón abdominal, dolores en huesos y articulaciones, defectos en el esmalte dental.

Muchas mamás y papás se preguntan:

¿cuándo es el momento idóneo para introducir alimentos con gluten en la dieta del bebé?

Dentro de la comunidad médica hay ciertas discrepancias. Estudios recientes publicados en la revista médica The New England Journal of Medicine (Randomized Feeding Intervention in Infants at High Risk for Celiac Disease y Introduction of Gluten, HLA Status, and the Risk of Celiac Disease in Children) ponen de manifiesto que la edad de introducción, la introducción en pequeñas cantidades y la simultaneación con la lactancia materna no afectan al desarrollo de la enfermedad celíaca.

A pesar de éstos, a falta de estudios más concluyentes, la Asociación Española de Pediatría sigue las indicaciones de la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica. Ésta estableció en 2008 que

la introducción del gluten en los bebés debería hacerse de la siguiente manera:

  1. Después de los 4 y antes de los 7 meses
  2. De manera gradual
  3. Simultaneado con la lactancia materna (ya que ésta protege contra infecciones intestinales y limita la cantidad real de gluten recibido)
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